sábado, 6 de febrero de 2010

ENTREGA

Lo hablaba el otro día con M, mi profesor de guitarra, le decía que me sabía las canciones, los acordes, la mecánica para pasar de un acorde a otro, y, sin embargo, no acababa de sentirme cómoda tocando. ¿Por qué? Le decía yo, que tal vez, es que no tenía las canciones en la cabeza. "No es eso lo que te pasa", contestó. No se trata de que la canción entre en ti, sino de que tu entregues a la canción.

La ENTREGA.

El miedo, hace que sea difícil la entrega al amor, a la amistad, a la vida, incluso a una canción. El miedo a herir, a ser herido, a no estar a la altura. Esa inseguridad, bloquea hasta la parálisis, y te aleja de lo que más deseas, por simple que sea, incluso, tocar una canción. La entrega, por otro lado, hace que, siendo responsable de ti mismo, te entrelaces con la vida  para, juntos,  bailar compenetrados el baile de la vida, disfrutando la armonía, sintiendo el ritmo.  La canción se acaba, y si el miedo ha impedido que la disfrutes... perdiste otra oportunidad, y, entonces, además del miedo, aparece la frustración, la desvalía.  Por eso creo que, como dice Punset, la felicidad, es vencer el miedo.

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