Carolina Bescansa, es la diputada de Podemos que esta semana decidió ir al Parlamento con su bebé de meses. Podría haberlo dejado con su familia, o en una guardería o en la guardería tan fantástica que dicen hay en el Congreso, pero no, Carolina decidió llevar a su bebé al hemiciclo, y yo se lo agradezco porque con este gesto mostró a toda España, (y al resto del mundo, aunque en la mayoría de Europa ya lo saben) lo difícil que es para las mujeres congeniar vida laboral y familiar.
Así te pasas tu juventud preparándote para ser una buena profesional en el sector que has elegido, estudiando, leyendo, trabajando sin cobrar, hasta que, poco a poco vas medrando en el área laboral, y entonces...¿Qué has de hacer, elegir no ser madre? ¿escoger entre continuar siendo una buena profesional de vocación o ser mama? ¿Por qué las mujeres hemos de privarnos de ser buenas profesionales o ser madres si podemos hacer las dos cosas?
Muchas de nosotras, elegimos las dos cosas, por derecho, por deber, por amor, y con esa elección compaginamos esa vida laboral y familiar con otro elemento con el que no contábamos: La culpa. Queremos llegar a todo y las exigencias del día a día hacen que nos planteemos si somos buenas profesionales, y peor aún si somos buenas madres.
Estoy plenamente convencida que si los hombres tuvieran a sus hijos en su regazo, habría leyes justas para que pudieran compaginar ambas vidas, pero como no es así, nos vemos abocadas a esa insatisfacción continua en ambos terrenos.
Así, quiero dar las gracias a Carolina Bescansa por haber mostrado a toda España la difícil situación de las madres trabajadoras y espero que desde su grupo parlamentario pongan en marcha leyes que mejoren esta situación.
Gracias Carolina
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