Ayer fui con G. a ver esta peli al cine. Es una buena película. Tal vez le falta un poco de intensidad a las emociones que muestra pero por otro lado expresa con claridad el horror que es vivir en tu piel, en tu infancia, abusos sexuales, y como ese desconcierto se expresa de adulto con diferentes síntomas, entre ellos uno en común para cualquier abusado: EL MIEDO PERMANENTE. Permanente, sí, hasta que uno decide decir BASTA y se enfrenta a esos miedos, a sus familias, al abusador, al abuso en sí, hasta que llega un momento en que...ya no se tiene miedo. Animo a cualquier persona que ha pasado por ese infierno a que lo denuncie, haga terapia y se enfrente a su dolor, porque su vida, sin miedo será mucho mejor. Por cierto, YO, YA NO TENGO MIEDO.
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