En España hemos pasado unos días duros pendientes del rescate de Julen.
Cada día que pasaba nos hacíamos más a la idea del trágico final al que nos enfrentábamos, sin embargo, hemos sido muchos los que, al conocer la noticia, nos hemos puesto a llorar desconsolados, y es que, aún sabiendo lo difícil que era que Julen siguiera vivo, necesitábamos agarrarnos a la esperanza para seguir adelante.
Esta terrible situación que nos ha tocado vivir, nos ha servido, por otro lado, para darnos cuenta de que vivimos en un país solidario, fuerte y con profesionales preparados para luchar contra las más grandes adversidades. Desde aquí, quiero dar las gracias a todos ellos. Y también, por supuesto, mi más sentido pésame a la familia de Julen en estos momentos de profunda tristeza.
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