Unos días de descanso ayudan a recuperar fuerzas, a ganar perspectiva, a ser más honesto con uno mismo y a ganar autoconfianza. Al menos a mi estos días me han aportado todo eso. Ha sido fenomenal el reencuentro con amigos del alma y también, desde luego, con una misma, ya que a veces, la marabunta del día a día no te permite cuidar a uno mismo como nos merecemos.
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