martes, 4 de octubre de 2016

EL ADIÓS

De vez en cuando la vida te trae despedidas. Unas veces las buscas, las deseas, las necesitas y hasta las provocas. Otras veces, en cambio, el adiós suena como un mazazo en tu cabeza, y repiquetea ahí dentro durante unos instantes, que parecen eternos, esperando que, una vez estés fuera del estado de shock, despiertes y todo haya sido una pesadilla, un mal sueño. Pero no, suele ser una realidad.

Ayer tuve dos despedidas en mi vida. Una, fue la muerte de un conocido, inesperada y trágica. La otra, un comunicado de una de mis mejores amigas que anunciaba que dejaba de ser mi amiga por diferencias en la manera de ver la vida. Hombre, digo yo que después de 16 años de amistad ya conocería bien que tenemos maneras diferentes de ver la vida, pero en fin, es ahora cuando, de pronto ha tomado esta dolorosa decisión.

Dolorosa porque... una quiere a sus amigas, y las quiere ahí, en su vida, todo el tiempo, para reír, para llorar, para reñir, para compartir, para vivir a fin de cuentas.

Mi conocido ya no volverá, lamentablemente su tiempo pasó. Espero que mi amiga, recapacite, y sí vuelva.

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