Poco a poco vislumbro una luz en el horizonte. Se la ve muy ténue, pero es porque aún está muy lejana. Pero, seguro que a medida que me acerco a ella la voy viendo más luminosa. La siento cálida, la calidez esa que te da la fuerza de estar donde quieres estar, de hacer, lo que realmente quieres hacer. Esa calidaz hace que aún quiera acercarme más a ella. Pero no corro, voy a paso lento, pero seguro. Me gusta también disfrutar del camino. L.
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