La semana pasada el mundo se volvía loco. Mientras se asaltaba el Capitolio estadounidense, nos traía la gélida Filomena y se nos llevaba para a Boni, nuestro Boni.
Francisco Javier Hernandez Larrea, Boni, se nos iba con solo 58 años, mil proyectos pendientes y dejándonos huérfanos de ilusiones como verle de nuevo en directo, con su banda en solitario, o, quien sabe, tal vez algún día acompañando de nuevo a su eterna banda, Barricada.
Boni era un gran guitarrista, un animal salvaje sobre el escenario en el que vertía una pasión absoluta, honesta y brutal, que se contagiaba con solo verle rozar las seis cuerdas con sus dedos a las primeras notas de cualquiera de sus temas. Su voz era totalmente personal, eras capaz de distinguirlo solo al escucharle entonar el inicio de los versos de cualquiera de los temas que cantara.
El Boni. Su voz. Hace unos años le diagnosticaron un cáncer de laringe del que le operaron pero se quedó sin sus cuerdas vocales. No puedo imaginarme el sufrimiento de una persona, cualquiera, que se quede de pronto sin voz. ¡ Dios mio, cómo ha de cambiarte la vida en una situación como esa! pero es que, además, Boni, era cantante, su guitarra y su voz era su manera de ganarse la vida, de tirar adelante a los suyos. Junto al sufrimiento de no poder hablar, de no poder decir Te quiero a sus seres queridos, se le añadía el sufrimiento de como iba a ganarse la vida si no tenía la posibilidad de hacer lo que mejor sabía hacer.
¡Jo Boni, cómo ha tenido que sufrir los últimos tiempos!
Solo espero que se haya ido sabiendo lo felices que nos ha hecho con su música, la gran impronta musical que nos deja a toda una generación y que siempre, siempre, formará parte de nuestras vidas.
Desde aquí un abrazo fuerte a su familia y a sus amigos.
¡Hasta siempre Boni!
Quiero compartir unos videos para recordarle como a él le gustaría, encima del escenario
Su gran himno No hay tregua, y uno de mis temas favoritos de Barricada, que seguro que contiene uno de los lemas favoritos de Boni: Por la libertad
